La conmoción de caer en lo más profundo, denso, oscuro.
Sin alas para poder saltar, profunda asfixia que invade ésta boca que busca y te llama sin cesar.
Si empujo, al instante todo se desmorona, se desordena. Si vuelvo al camino no dejo de mirar aquellas huelas del vacío.
El barro es duro y seco, no sirve para crear un nuevo cuerpo, se resquebraja con el pasar de las horas. Todo gira y los ojos cada vez más abajo se hunden, se funden en minutos y segundos, instantes, fotografías de un tiempo ya lejano, que cada puesta del sol se aleja un poco más.
Si logro arrancar éstos ojos de Edipo, te seguiré llorando sangre y es posible que no logre desangrarme si no puedo desgarrarte del alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario